Cubierta

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sábado, 6 de abril de 2013

EL SULTÁN DE FUMBAN


A punto de regresar a París, Eva recibe una inesperada invitación del Sultán de Fumban a visitar su palacio. A la nobleza de su rango, se añadía su carácter de líder espiritual, así como la presidencia de la fábrica nacional de cerveza.

"...Tras recorrer un largo corredor en el que cortesanos del sultán formaban dos hileras de honor, fuimos anunciados y entramos en el salón del trono. Encaramado en un gran sitial cubierto con piel de leopardo y flanqueado por dos enormes colmillos de elefante, campaba un señor mayor con vestimenta tradicional, gafas de Armani y un Rolex de oro en la muñeca... Nuestro ilustre anfitrión tenía treinta y cinco esposas cuyas competencias familiares y cortesanas estaban perfectamente determinadas, y más de setenta hijos, uno de los cuales resultó que trabajaba en la sede de la Organización: es decir, era colega mío..."


"...Tras tan imprevisible almuerzo, la visita al palacio también deparó algunas sorpresas. En él convivía una escuela coránica con un museo de armas africanas, una de las cuales tenía forma de media luna incrustada en un largo mango...muy útil y eficaz para hacer saltar la cabeza del enemigo de un golpe seco en el cuello. Y lo dijo amagando el movimiento hacia mí, con gran alborozo de todo mi séquito ministerial...
...A lo largo de nuestro recorrido, pude ver con aprensión varias calaveras de los enemigos así guillotinados que, en calidad de candeleros o fruteros, decoraban diversas dependencias del palacio..."

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