"...El Grupo Europa, en reunión a puerta cerrada, estuvo grosso modo de acuerdo con el análisis de la situación, enérgicamente expuesto por el embajador de Austria...A los Estados miembros, solo a ellos, correspondía hacer política y no era de recibo que el Director General se tomara tantas libertades amparándose en el Acta Constitutiva...¡Intolerable!
Desde luego, no todos los miembros del Grupo Europa compartían la misma visión. A las "palomas" lo de incluir el "derecho a la paz" en la Declaración Universal de los Derechos Humanos no les parecía tan grave subversión del orden jurídico internacional..."
"...Sin embargo, a los "halcones" se les ponía el plumaje de punta ante la sola idea de que el "derecho a la paz" pudiera traer consecuencias para los Estados y para sus propias industrias de armamento...o que, en caso de guerra, las víctimas civiles pretendieran cobrar indemnizaciones multimillonarias denunciando ante el Tribunal Internacional de Justicia la vulneración de su "derecho a la paz". En efecto, esto sí era hacer política y trastornar el statu quo internacional vigente en el que unos ponen las armas y otros los muertos..."
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