"...¡Cuánto le había echado en falta todo este tiempo...! Su visión, su lucidez y su temperamento calmado tan poco común: nunca un mal gesto, nunca una palabra más alta que otra, siempre atento a su interlocutor, siempre encendiendo alguna lucecita de esperanza... Cómo iba yo a suponer que recuperarlo pudiera depender de algo tan simple como una tortilla de patata...
"Vendrá helado. La chimenea encendida y un buen caldito, eso es lo que váis a necesitar con este frío -rezongaba la autómata-. Pero bueno, y ahora ¿dónde demonios habrá guardado Ghian las tazas de consomé?...
Era consciente de que corría grave peligro de enamorarme de Joao. Pero lo que no creía, o no quería admitir, es que hacía tiempo que estaba enamorada de él hasta las cachas..."
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